Decídete: cómo tomar mejores decisiones.

¿Cómo tomar mejores decisiones? ¿Cómo saber si las decisiones que tomamos son las mejores? Recomiendo a alumnos, padres y profesores este libro de lectura amena y fácil. Aquí te dejo una reseña.

Al cabo del día tomamos miles de microdecisiones, la mayoría inconscientes. El problema llega cuando estas decisiones son grandes, importantes y complicadas, y también tenemos que pensar en ellas.

Los hermanos Dan y Chip Heath nos enseñan en su libro «Decídete» a tomar mejores decisiones en la vida y en el trabajo a través de cuatro pasos.

Ellos ponen de relieve cuatro errores frecuentes en el proceso de elección y que aparecen en cada una de las cuatro fases de la toma de decisiones:

1. Fase «Buscar opciones». El primer error es la «visión estrecha» consistente en limitar la búsqueda de opciones que barajamos. La solución sería no eliminar alternativas y aumentar tus opciones, aunque sin llegar a una «sobrecarga» de posibilidades. Un truco consiste, por ejemplo, en seguir buscando opciones hasta que te enamores al menos dos veces, o bien, preguntarte «¿qué más podría hacer si no pudiera elegir ninguna de las opciones actuales?».

2. Fase «Analizar las opciones». El segundo error es el «sesgo de la confirmación» que consiste en buscar y seleccionar sólo aquella información que corrobore nuestras creencias, actitudes o acciones. Para evitar este error tendríamos que contrastar nuestras suposiciones. Algunos trucos para ello son ejercer de «abogado del diablo», ser escépticos, pensar lo contrario a nuestros instintos, poner a prueba nuestras suposiciones, plantear lo contrario, pedir la opinión de otros,…

3. Fase «elegir la mejor opción». El tercer error sería dejarnos llevar por nuestras «emociones a corto plazo» y sentimientos del momento. Por ello, antes de decidir, es importante tomar distancia y ver las cosas desde otra perspectiva. Un truco sería usar la pregunta «¿qué le diría a mi mejor amigo que hiciera?».

4. Fase «vivir con la decisión». Por último, el cuarto error, es la «confianza desmedida» en nuestras predicciones y convicciones sobre el futuro. Para ello, tendríamos que prepararnos para el error pensando en problemas o situaciones difíciles y en cómo reaccionar para hacerles frente. Un truco sería pensar «ha pasado un año y tu decisión ha fracasado, ¿por qué?».

Por si quieres ampliar tienes un amplio análisis en este artículo de Yoriento.