Richard J. Leider y David A. Shapiro reflexionan en su libro «El trabajo ideal» (Ed. Paidós, 2002) sobre la vocación en el trabajo, según ellos, un rasgo innato, único y especial en cada persona.
Para los autores, en cierto sentido, cada persona es como una bellota que se desarrolla para convertirse casi mágicamente en roble. Ese es su destino, su llamada, su sentido, su vocación. Intentar que una bellota se convierta en un pino, una palmera o un abeto será, en el mejor de los casos, inútil y nefasto.
Definen vocación como un impulso o «llamada» interior para descubrir y exteriorizar nuestro talento, es decir, elegir el trabajo para el que uno ha nacido.
Responde a las preguntas: ¿qué quiero ser de mayor?, ¿cómo puedo ganarme la vida haciendo lo que me gusta?, ¿para qué he nacido?, ¿cuál es el trabajo de mi vida?,…
Todo el libro, gira en torno a la idea de que desarrollamos nuestra vocación cuando usamos el talento para desarrollar una actividad que nos apasiona, en un entorno coherente con nuestros valores personales.
Si descubrimos nuestra vocación en el trabajo sentiremos una gran motivación hacia dicha actividad.
Una técnica que proponen para descubrir esta vocación son sus «tarjetas vocacionales» que describen en su libro y que consiste en ir eligiendo y eliminando diferentes campos agrupados según las 6 personalidades de Holland.
Por su fácil lectura, lo recomiendo para cualquier alumno que tenga que decidir o redirigir sobre su futuro.
.
.
.
.
.
Si eres alumno del IES puedes dejar tu nombre y apellido, curso y grupo, y pregunta o duda aquí.